Dios está en cada niño que nace,
en el orden de la naturaleza,
en la perfección del cuerpo humano,
en la fé de tantas personas,
en los milagros a través de los tiempos,
en los frutos de los árboles,
en la belleza de las flores,
en la leche de la madre que alimenta
a su hijo, en la risa, en el canto,
en el sol que nos da calor, en el cielo
claro, en el amor, en los pájaros,
en el inmenso mar, en la poesía,
en la bondad, en la inocencia,
en una mano que se tiende a otra.
Dios está siempre, sólo tenemos
que descubrirlo.
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