Sabes cuál
es el origen del AMOR?
Nuestro Corazón
En la vida, todos aspiramos a ser amados con amor incondicional, eterno, un
amor que va más allá de la belleza, la inteligencia, y cualquier otra cualidad
superficial. Queremos ser amados simplemente porque “somos”. Todos tenemos una
tendencia natural, innata a compartir nuestro amor con otros. Esta preocupación
por el amor surge en realidad porque somos seres eternos, amorosos, cuyas almas
están repletas de conocimiento y dicha. Aunque en esta encarnación física
estamos temporalmente cubiertos por energía material, nuestra naturaleza es
divina, y estamos siempre en busca del amor venturoso del reino espiritual
donde yace nuestra verdadera realización.
Pero siempre algo parece salir mal. A pesar de nuestra constante búsqueda,
generalmente sentimos desilusión, encontrándonos con que nuestra experiencia de
amor es temporaria. Aunque podremos haber intentado y fracasado en una variedad
de relaciones, persistimos en creer que la persona adecuada está allí en alguna
parte. Por algún motivo misterioso, parecería que nunca estamos en el lugar
apropiado en el momento apropiado.
Muchísimas personas hoy en el mundo jamás se han sentido verdaderamente amadas.
No tienen idea qué es realmente el amor, sin embargo el amor es un anhelo muy
grande. En realidad, en las relaciones cotidianas, el término amor ha adquirido
un significado demasiado vago y hasta podría indicar algo muy distinto, como
control o necesidad. Por ejemplo, la noción de amor es demasiado a menudo
reducida a un mero intercambio físico o a un proceso de intentar obtener
gratificación de otro. Esto no es amor.
El problema surge porque buscamos respuestas en los lugares inadecuados. Hemos
olvidado la dimensión espiritual de la vida. Una sociedad sin un núcleo
espiritual carece del "adhesivo cósmico" para hacer que todo funcione.
El amor es este adhesivo cósmico que nos liga el uno al otro mientras
aprendemos a conocernos y relacionarnos el uno con el otro y, finalmente, a
relacionarnos, a ligarnos a la Personalidad Divina de Dios.
Parece que hoy olvidamos esto. Pero en el fondo, aunque la experiencia del amor
con frecuencia nos elude, sabemos que el amor es nuestro derecho natural. Es
como si alguien sostuviera algo deliciosamente tentador delante nuestro, apenas
fuera de nuestro alcance. Lo deseamos, sabemos que está disponible, pero no
logramos amarrarlo debidamente. Entonces sustituimos por otra cosa, esperando
encontrar la felicidad tal vez en la riqueza, el prestigio o el poder.
La mayoría de nosotros considera que el amor es un sentimiento que decae y
crece según las circunstancias. Pero el amor genuino no está vinculado a lo que
sentimos, no depende de algunas condiciones externas. El verdadero amor es
divino, y no puede persistir separado del origen, que es Dios.
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