google.com, pub-1837218537326520, DIRECT, f08c47fec0942fa0 EL TREN DE LA VIDA: Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.

sábado, 7 de mayo de 2016

Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.






Estar con mi madre. Escucharla aunque no tenga sentido lo que dice. ¡Qué importa! ¡Cuántas cosas que decimos tampoco tienen sentido! A lo mejor ella ve una realidad mejor de la que yo veo. A lo mejor ya vislumbra el cielo en sus ojos confusos.
Me alegra saber que está allí, a mi lado. Me alegra verla sonreír por cualquier cosa. Me gusta verla sentada, o de pie recorriendo la casa a su ritmo pausado. Me gusta su mirada abierta y llena de luz. Creo, que, con el tiempo, se va pareciendo más a los ángeles. Eso me da mucha paz.
El paso de los años va limpiando su piel y su mirada. Ya no hay malicia. Sólo esa inocencia sagrada de los niños que ella ha recuperado mágicamente. Eso me sorprende y alegra. Llegamos a ser niños otra vez con el paso del tiempo. Ya no nos afecta tanto el entorno, porque todo es mágico.
La miro, y veo a Dios. La miro y mi corazón se conmueve. Definitivamente mi madre es mejor ahora que nunca. Mucho mejor. Más de Dios, más tierna y trasparente, más llena de luz y sonrisas. Me alegra el corazón. Su vida me da paz”.
 
 

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